lunes, 14 de mayo de 2012

Renuncian a exhumar dos cuerpos en Ávila ante la oposición de 50 personas

Noticias agencias

12-05-2012 / 16:50 h EFE

La Asociación Nuestra Memoria de la Sierra de Gredos y Toledo ha renunciado hoy a exhumar dos de los cinco cuerpos que desde 1936 se encuentran enterrados en una fosa de Santa Cruz del Valle (Ávila), ante la presencia de medio centenar de personas que han acudido "con el ánimo de impedirlo".
Así lo ha confirmado a Efe Fernando Magán, abogado y persona que se ha encargado de realizar las gestiones con la familia de Víctor y Agustín Jiménez, un padre y un hijo que fueron fusilados junto a otras tres personas en el paraje conocido como "La erita de los lobos", en este municipio del sur de la provincia de Ávila.
Según Magán, la Asociación contaba con la "autorización" de la familia de ambos, había realizado los "trámites" en el Ayuntamiento de esta localidad de menos de 500 habitantes y disponía de la "concesión del uso privativo" de esa parte del monte por parte de la Junta de Castilla y León.
Además, considera que a estos argumentos se suma el "amparo" del Tribunal Supremo, después de que el pasado 28 de marzo emitiera un fallo según el cual son los juzgados los competentes para las causas del franquismo.
El abogado ha comentado que, tras informar ayer nuevamente al alcalde de Santa Cruz del Valle, Pascual Mozas, esta mañana se han personado en la plaza mayor del municipio varios efectivos de la Guardia Civil, que también han estado presentes en las inmediaciones de la fosa, donde estaba medio centenar de personas "con ánimo de impedir" las exhumaciones.
"No hemos querido forzar la situación", ha señalado Fernando Magán, quien ha señalado que desde la Asociación Nuestra Memoria de la Sierra de Gredos y Toledo "se ha desistido" de realizar la exhumación de los restos ya que "no se daban las circunstancias".
En su opinión "nadie puede trabajar así en condiciones de presión ante vecinos y vigilancia policial", ha argumentado, antes de señalar que el equipo estaba integrado por un arqueólogo y tres auxiliares.
Según ha informado este colectivo, tras su fusilamiento, Agustín Jiménez se arrastró "con un hilo de vida" hacia el lugar en el que estaba muerto su padre Víctor, para "morir abrazado" a él, de manera que así fueron enterrados junto a dos vecinos de Santa Cruz del Valle y un guarda forestal zamorano.
La hija y hermana de Víctor y Agustín, Dionisia Jiménez Barbado, falleció hace dos semanas, tras haber expresado su deseo de reposar junto a su padre y hermano en el cementerio de Lanzahíta, donde reposan sus restos.
Esta mujer, que hoy habría cumplido 87 años, autorizó la exhumación de los restos de sus familiares, al igual que su hija Belén, tal y como ha comentado hoy a Efe el presidente de la Asociación, Fernando León, quien ha dicho que no se ha presentado en la zona, tras haber sido "coaccionada" y "presionada".
Por ello, ha explicado que si colectivo estudia la posibilidad de emprender acciones legales, mientras que Fernando Magán, ha hablado de "valorar" las circunstancias, con el fin de decidir si solicitan "amparo judicial".

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