domingo, 6 de mayo de 2012

Exhumaciones en el cementerio de Tudela


04/05/2012

Salustiano Plaza, de 80 años, y Miguel Hernández, de 29, fueron detenidos en Castejón y llevados a la cárcel de Tudela de donde salieron juntos para ser fusilados, quizá en alguna de las tapias del cementerio, y enterrados después en una fosa común. Los dos eran simpatizantes del sindicato UGT.
ANTECEDENTES
A instancias de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra se solicitó a la Sociedad de Ciencias Aranzadi la intervención técnica en la investigación del paradero de los restos de los vecinos de Castejón, Salustiano Plaza Barba y Miguel  Hernández Fernández, asesinados e inhumados  en el cementerio de Tudela entre los días 6 y 8 de agosto de 1936.
A través de esta asociación, la nieta de Salustiano Plaza, Olimpia Plaza García,  y sus bisnietas, Villar,  Mª José y Cristina Ochoa Plaza, así como la familia de Miguel Hernández intentan conocer el paradero de sus restos con la finalidad de recuperarlos.
Ya en febrero de 2010 se un equipo técnico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi realizó una exhumación en el cementerio de Tudela. En dicha ocasión fueron recuperados los restos de los vecinos de Ablitas, Bonifacio Gracia e Higinio Arriazu, a instancias de sus familiares y a través de la asociación de Ablitas 'Para NO Olvidar'. Estas personas fueron asesinadas y sus cadáveres inhumados en el cementerio de Tudela el día 8 de agosto de 1936.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Las informaciones sobre la desaparición y asesinato de Salustiano Plaza y Miguel Hernández proceden principalmente de las informaciones orales transmitidas en el seno familiar.
A los pocos días  de iniciarse  la sublevación militar, Valentín Plaza, alcalde republicano de Castejón  e hijo de Salustiano Plaza,  fue asesinado en la  localidad riojana de Alfaro. Varios días después Salustiano Plaza y su convecino Miguel Hernández fueron detenidos y llevados a la cárcel de Tudela. De este lugar fueron posteriormente sacados para ser asesinados y enterrados en el cementerio de Tudela. Ni sus desapariciones ni sus defunciones pudieron ser obtenidas por sus familias.
LA EXHUMACIÓN
Después de un año de gestiones, Aranzadi inició la búsqueda de los restos de los dos castejoneros asesinados y tras excavar durante cuatro horas el hallazgo de un esternón hizo albergar esperanzas a los familiares de que se puedan encontrar en ese lugar.
Los arqueólogos y forenses de Aranzadi explicaron que según figura en el libro del cementerio de la capital de la Ribera en esa franja del camposanto se encontraban primero los seis de Ablitas, junto a ellos el cuerpo de un desconocido y después dos fosas cada una de ellas con dos cuerpos. La primera de las fosas, que se preveía con dos cuerpos, se encontró vacía lo que provocó que el nerviosismo entre las familias creciera. Sin embargo, en la segunda fosa, tras retirar una capa de cal, Paco Etxeberria identificó rápidamente un esternón.
BUSQUEDA INFRUCTUOSA
La búsqueda realizada durante dos días por la sociedad Aranzadi llegó a su fin tras comprobar que todo el esfuerzo había sido infructuoso. Entre resignadas y afligidas Olimpia y Balbina, acompañadas por sus hijas, escucharon de boca del forense Paco Exteberria la triste confirmación que explicó detalladamente delante de pequeños huesos humanos, la única huella que quedaba en el cementerio de Tudela del paso de Salustiano y Miguel. "Ha habido dos personas enterradas aquí, como lo indica el hecho de que hayan aparecido dos metacarpianos izquierdos (huesos del dedo gordo de la mano), dos rótulas y otros huesos. Una de ellas era muy mayor (Salustiano tenía 77 años) como lo demuestra que el cartílago de la nuez aparezca convertido en hueso; la otra era joven (Miguel tenía 29 años) como se ve en la rótula y en los dientes, casi intactos. El problema es que con estos huesos tan pequeños es casi imposible hacer pruebas de ADN para identificarlos. Esta fosa se ha vaciado. Sin féretros, enterrados con cal y dos individuos de tan diferentes edades es razonable pensar que sean sus familiares". Junto a estas pequeñas pruebas humanas también hallaron botones de nácar y una hebilla de un chaleco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario