martes, 3 de octubre de 2017

Mañana comienzan las exhumaciones de la Guerra Civil en Calatañazor y Cobertelada

A las 9.00 de la mañana de mañana viernes 22 de septiembre de 2017 comenzarán las tareas de exhumación de los restos mortales de Abundio Andaluz Garrido, vicepresidente de la Diputación Provincial de Soria, asesinado por falangistas con la compañía de un sacerdote, según los testimonios y tal y como recoge el libro 'La represión en Soria durante la Guerra Civil'.

Las tareas se prolongarán toda la mañana y serán llevadas a cabo por el equipo científico de la Fundación Aranzadi, bajo la dirección técnica del antropólogo forense Francisco Etxebarría.  La ubicación de la fosa fue localizada el pasado año gracias a las indicaciones de los vecinos de Calatañazor. Una gran cruz de piedras marca el lugar donde fue enterrado.

Las piedras, además de dignificar su enterramiento, fueron colocadas para evitar que las alimañas desenterraran el cuerpo, debido a que se encuentra a poca profundidad debido a la dureza del terreno. Abundio Andaluz fue asesinado en la cuesta del Temeroso. Quedó malherido y se arrastró más de un kilómetro en dirección sureste. Cuando lo encontró en el término de Calatañazor un pastor debido al olor que desprendía, Abundio había sido devorado, en parte, por los animales. Con la autorización del alcalde de Calatañazor, fue enterrado en el mismo lugar donde se le encontró.

Ubicación de la fosa de Calatañazor

Mañana viernes miembros de la ASRD y Aranzadi se darán cita a las 9:00 de la mañana en el paraje donde se encuentra el enterramiento ilegal. Para acceder a la fosa yendo desde Soria, una vez pasado el desvío a Calatañazor en la N-122 cambiar de sentido en el desvío a Rioseco a la izquierda y volver en dirección a Soria por la misma carretera. Tomar el primer camino de tierra a la derecha. En el cruce del camino girar a la izquierda. Allí se encontrará el aparcamiento y estará indicada la localización de la fosa.

Yendo dirección a Soria, tomar el camino de tierra que sale a la derecha después del segundo desvío a Rioseco y seguir las indicaciones anteriores. La exhumación será pública

La fosa de los maestros

También mañana viernes, a las 16:00 horas, el equipo formado por miembros de la ASRD, la Fundación Aranzadi y voluntarios comenzará en Cobertelada las tareas de limpieza de la zona que rodea la fosa común en la que hay enterradas seis personas, cinco de ellas maestros. Esas tareas servirán para facilitar el trabajo de los científicos, que tienen previsto trabajar el fin de semana hasta exhumar también estos seis cuerpos, pertenecientes a Eloy Serrano Forcén, Victoriano Tarancón Paredes, Hipólito Olmo Fernández, Elicio Gómez Borque, Francisco Romero Carrasco y Martín Artola Morrás. Varias de estas familias ya han pedido los restos una vez que se dio con la ubicación de la fosa común.

La financiación

La ASRD está llevando a cabo desde su web recuerdoydignidad.org una campaña para recoger fondos para poder llevar a cabo la financiación de la exhumación de los maestros. Se ha establecido el mínimo para poder pagar los gastos en 6.519 €. Las pruebas genéticas son lo que más eleva los gastos. Una muestra cuesta 500 euros y hay que tomar una por cada desaparecido y otra por cada familiar. Se sitúa el total, solo de las pruebas, en 6.000 euros. A día de hoy se han conseguido 4.147.


lunes, 2 de octubre de 2017

La inhumación de 96 represaliados en Estépar cierra ocho décadas de herida

Patricia Carro

Burgos, 30 sep (EFE).- Los restos de 96 represaliados burgaleses, asesinados durante los primeros meses de la Guerra Civil y cuyos cuerpos se recuperaron en 2014 y 2015 de las fosas comunes del Monte de Estépar, han sido inhumados esta tarde en un acto de "justicia y reparación" que cierra una "herida" de ocho décadas.

La inhumanción de los cuerpos ha tenido lugar en el cementerio de Estépar, municipio situado a 30 kilómetros de Burgos, de la mano de la Coordinadora por la Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos, Espacio Tangente y la Asociación Cultural Denuncia.

Los noventa y seis restos corresponden a represaliados burgaleses durante los primeros meses de la Guerra Civil, políticos, afiliados a partidos de izquierda, maestros y gente del mundo de la cultura.

Tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, el bando nacional los detuvo y los envió al penal de Burgos, ha recordado la presidenta de la Coordinadora, Lourdes Sastre.

Son víctimas de las denominadas "sacas", extracciones de presos, y acabaron fusiladas en el Monte de Estépar, de cuyas fosas comunes se recuperaron en sendas campañas de exhumación en 2014 y 2015.

Sin embargo, los noventa y seis cuerpos "reinhumados" hoy solo son una parte de los casi cuatrocientos represaliados cuyos asesinatos han sido documentados desde que arrancó el proyecto de Estépar.

El arqueólogo Juan Montero, codirector de los trabajos junto con el antropólogo forense Francisco Etxeberría, ha explicado que fueron dieciséis las "sacas" practicadas entre el 2 de agosto, la primera, y el 12 de octubre de 1936, la última registrada.

La documentación conservada en el penal de Burgos permite conocer que 371 presos fueron extraídos y conducidos a Estépar para acabar asesinados y enterrados en fosas comunes.

El proyecto de Memoria Histórica de Estépar se puso en marcha en 2004, ante la avalancha de peticiones de familias que querían saber qué había pasado con sus seres queridos, ha apuntado Lourdes Sastre.

Tras los trabajos previos de recopilación de información, en 2012 un estudio de georradar permitió localizar tres fosas comunes, y las catas arqueológicas posteriores confirmaron la presencia de huesos.

La primera campaña de exhumación se llevó a cabo en julio de 2014 y permitió recuperar setenta cuerpos, así como localizar una cuarta fosa, de la que se extrajeron veintiséis restos en abril de 2015.

Juan Montero ha reconocido que "lamentablemente" es posible que el resto de fosas comunes se haya podido perder, pues el Monte de Estépar ha sufrido muchas alteraciones en estos ochenta años.

De momento, no hay intención de realizar nuevas excavaciones pues no cuentan con testimonios fiables sobre la ubicación de las fosas, en el caso de que se hubieran conservado.

De ahí que el proyecto se centre ahora en identificar los restos recuperados, si bien es una "tarea titánica", ha afirmado Montero.

El número de represaliados es elevado y no se ha podido contactar con todas las familias; además, en algunos casos ya no quedan hijos de los asesinados, y la información de nietos y biznietos es escasa.

El arqueólogo ha asegurado que necesitan, además de muestras de ADN para comparar con los restos, testimonios que ofrezcan "pistas" para averiguar a qué sacas corresponden las fosas comunes excavadas.

Juan Montero y Lourdes Sastre han insistido en que la inhumación de los restos, realizada en un panteón comprado por la Coordinadora, no es un punto final sino un punto y seguido.

Se trata de "cerrar un círculo de dolor y duelo", ha afirmado la presidenta de la Coordinadora, insistiendo en que no abren heridas sino que las cierran.

"Queremos verdad, justicia y reparación para las víctimas" y que se demuestre que "sus asesinos han acallado" a sus familiares, ha insistido Lourdes Sastre.

Por su parte, el arqueólogo ha destacado la importancia de este tipo de actos, por lo que supone de reconocimiento de unos hechos que durante décadas han permanecido ocultos, escondidos.

Juan Montero ha lamentado también que tengan que ser colectivos como la Coordinadora por la Recuperación de la Memoria Histórica, los que impulsen las exhumaciones de represaliados.

Las instituciones públicas no se implican, así que el principal hándicap sigue siendo la falta de recursos económicos, que impide acometer excavaciones y sufragar identificaciones.

El acto de inhumación ha contado con la presencia de familiares de víctimas del Monte de Estépar y, tras el mismo, se ha procedido a inaugurar un monumento de la artista Susana Rioseras. EFE

1011589

pc/erbq