La ARMH localizó desde el año 2000 a más 1.400 víctimas del franquismo n El próximo día 28 entregarán a sus familias los restos de dos represaliados en A Pobra do Brollón
La memoria custodia las fosas del franquismo. El testimonio de familiares y vecinos ha sido clave durante los últimos años para dar con el paradero de cientos de paseados en montes y tapias de cementerios en la Guerra Civil y la postguerra. Sin el silencio roto por los testigos de los fusilamientos de la dictadura, la búsqueda contra reloj de las víctimas del régimen de Franco no habría permitido recuperar sus restos y entregárselos a sus familias para que, hoy más de 70 años después, sus padres, abuelos, tíos o hermanos salgan de las tinieblas de la represión.
Desde que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), grupo originario del Bierzo leonés, realizó la primera exhumación en España hace ya 18 años, su trabajo en Galicia suma 18 fosas abiertas con un total de 53 cuerpos recuperados, un balance al que hay que añadir tres exhumaciones más fuera de la comunidad en las que se localizaron los restos de cinco represaliados gallegos y otras seis tumbas buscadas sin éxito en las cuatro provincias. En total, el equipo de arqueólogos, forenses e historiadores voluntarios de la ARMH, colectivo que no cuenta con subvención alguna por parte de las administraciones, ha abierto desde el año 2000 un total de 165 enterramientos del franquismo en España y ha recuperado los restos de más de 1.400 represaliados.
Los trabajos de investigación de la ARMH permitieron localizar los restos de José Rodríguez Silvosa y Ramón Somoza Álvarez en un fosa junto al cementerio parroquial de Castroncelos, en el municipio lucense de A Pobra do Brollón. Tras la exhumación, realizada en julio de 2016, el equipo procederá a la entrega de los restos a las familias el próximo sábado 28 de abril en un acto organizado en colaboración con los Concellos de A Pobra do Brollón y de Monforte. La cita será a las 12.30 horas en el salón de actos de la Casa de Cultura en A Pobra do Brollón.
José Rodríguez Silvosa era natural de Lugo y sastre de profesión, llevaba residiendo en Monforte desde 1936, pocos meses antes del estallido del golpe de Estado. Participó en la resistencia al golpe de Estado en Monforte de Lemos, y desde el fracaso de esta y la toma de las fuerzas militares y falangistas del control, se vio obligado a huir a las montañas.
Ramón Somoza Álvarez era natural de Ponte Canedo (Santiago das Caldas, Ourense) y ganadero, pertenecía al Partido Socialista de Monforte, del que fue concejal durante la Segunda República. Al igual que José, Ramón participó en la resistencia que se constituyó en Monforte contra los militares sublevados contra el gobierno republicano, pero finalmente escapó al monte a finales de julio de 1936.
La investigación de la ARMH sobre el paradero Silvosa y Somoza comenzó a raíz de la búsqueda de otros dos represaliados del franquismo asesinados en septiembre de 1936 -los hermanos José María y Ricardo García Moral- tras la petición de sus familiares. Mientras el equipo recababa información, varios testimonios advirtieron de que había otras dos personas enterradas extramuros del cementerio. Consultados los libros de actas de defunción del periodo 1936-1986 en busca de inscripciones de personas muertas de manera extrajudicial, confirmaron la identidades de José Rodríguez Silvosa y Ramón Somoza, ambos muertos por "disparos por arma larga de fuego".
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