miércoles, 28 de marzo de 2012

Memoria.- Recuperan e identifican los restos mortales del que fuera alcalde de Aguilar (Córdoba), asesinado en 1936

Los restos mortales del alcalde socialista de Aguilar de la Frontera (Córdoba) José María León Jiménez, desaparecido y asesinado el día 2 de agosto del año 1936, han sido identificados gracias al proyecto de identificación genética que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Aremehisa), desarrolla desde comienzos del pasado año 2011.
AGUILAR DE LA FRONTERA (CÓRDOBA), 28 (EUROPA PRESS)
Según informa en una nota dicha asociación, los acontecimientos ocurridos en la localidad de Aguilar, con motivo del alzamiento militar del 18 de julio de 1936, trajeron consigo la "desaparición forzada" de numerosas personas, la mayor parte de ellas asesinadas.
En este sentido, la recuperación y la identificación adecuada técnica y científicamente de las personas "desaparecidas", es parte "fundamental" del proceso de reparación a los familiares en el que Aremehisa está "plenamente comprometida" desde su creación.
De este modo, la evolución de la ciencia forense y en particular de la genética mediante el análisis de AND ha permitido que hasta el momento la asociación haya identificado plenamente a 23 personas "desaparecidas", entre ellas cinco mujeres, y se trabaja actualmente en el cruce de datos de otras 14 personas más, de un total de 66 cuerpos exhumados en las sucesivas intervenciones.

martes, 27 de marzo de 2012

Carreteras autoriza la excavación de la fosa común de la Pozona, en El Pino

La exhumación, promovida por las asociaciones Foro por la Memoria y Memoria Allerana, depende ahora de la financiación del Gobierno central

Monolito en recuerdo de las víctimas enterradas en la fosa común de la Pozona.

Monolito en recuerdo de las víctimas enterradas en la fosa común de la Pozona.  leoncio camporro

El Pino (Aller),
C. M. BASTEIRO
Los permisos administrativos para iniciar las excavaciones en la fosa común de la Pozona, en la localidad allerana de El Pino, ya están listos. Después de más de medio año de trámites, las asociaciones Foro por la Memoria y Memoria Allerana, colectivos que también encabezaron los trabajos en la fosa de Cabacheros, ya cuentan con la licencia de la Dirección General de Carreteras del Principado de Asturias y están a punto de obtener el permiso del Ayuntamiento de Aller. El inicio de los trabajos está ahora a la espera de la financiación, que depende de las subvenciones que apruebe el Gobierno central para la recuperación de la memoria histórica.

La asociación Memoria Allerana, siempre en colaboración con el colectivo estatal Foro por la memoria, inició los trámites en el Ayuntamiento hace más de seis meses. El proyecto precisa del permiso de la Administración local para remover tierras, algo que para los colectivos promotores de la actuación «parece un trámite absurdo, ya que otros trabajos similares que no están relacionados con la Guerra Civil, no lo precisan».

De forma paralela, los impulsores de la actuación también tuvieron que pedir permiso a la Dirección General de Carreteras, ya que la Pozona se encuentra en una orilla de la travesía de la localidad allerana de El Pino. El Principado exigió a los responsables de los trabajos un plan de trabajo detallado y los colectivos de memoria histórica remitieron un proyecto delimitando gran parte del terreno de la zona, para buscar el enterramiento en la mayor extensión posible.

La fosa de la Pozona, según los testimonios, podría ser muy similar en magnitud a la de Cabacheros. El enterramiento de Felechosa, el primero que se exhumó en el concejo, guardaba más de cincuenta cuerpos de personas desaparecidas durante la Guerra Civil. En la Pozona tan solo se ha documentado el enterramiento de tres hermanas de la zona, pero los testimonios hablan de ese punto de la carretera a San Isidro como el lugar en el que se ejecutaron, y fueron posteriormente enterrados, decenas de presos que eran trasladados en camiones. La financiación para iniciar los trabajos está en el aire, pendiente de las subvenciones que el Gobierno central del PP apruebe para la recuperación de la memoria histórica.

martes, 20 de marzo de 2012

El alcalde que busca a sus vecinos en las fosas del franquismo


José Ignacio Marín es el regidor de Villaviudas, en Palencia

Lleva diez años intentando localizar y exhumar a 27 vecinosfusilados en la Guerra Civil

José Ignacio Marín, alcalde socialista de Villaviudas (Palencia), tiene a 27 vecinos del pueblo repartidos por cunetas y fosas comunes. Y no lo puede soportar. Por eso, desde hace diez años intenta averiguar dónde están para exhumarlos y llevarlos "de vuelta casa", al cementerio del pueblo, donde les espera un panteón que ha hecho construir con sus nombres y apellidos.
"Ser alcalde de un pueblo significa preocuparte por las necesidades de tus vecinos, por su bienestar. Eso significa gestionar bien los presupuestos y hacer cosas como esta también. Es mi deber moral hacer todo lo posible por recuperar los cuerpos de estas personas y devolverles la dignidad. Es muy triste pensar que tu marido, tu padre, tu abuelo, está tirado en cualquier cuneta con un tiro en la cabeza, y no poder llevarle unas flores o ir a rezarle si eres católico. Un país democrático no puede permitirse tener las cunetas llenas de gente y a tantas familias con tanto dolor".
En Villaviudas no hubo guerra, pero se pegaron muchos tiros. No hubo frente, ni trincheras, ni dos bandos enfrentándose con uniformes distintos. En Villaviudas, como en tantísimos pueblos de España, hubo verdugos y víctimas. De los 900 vecinos que tenía este pequeño municipio en 1936 los falangistas mataron a 27: chavales de 19 años, mujeres y hombres que dejaban hijos que aún no habían aprendido a hablar. Marín impulsó en 2003 la exhumación de ocho de ellos, arrojados a una fosa común en un pueblo a 59 kilómetros, Olmedillo de Roa (Burgos).
"Hicimos unas prospecciones en el lugar donde nos había indicado el investigador José María Rojas y encontramos unos huesos. Volvimos a tapar y llamamos a los arqueólogos. Los familiares vinieron a la fosa, tan ilusionados por recuperar a los suyos...pero los arqueólogos descubrieron que eran restos de animales. Fue un momento durísimo. La decepción fue enorme y lo pasamos muy mal. Pero seguimos buscando y a los dos días aparecieron".
Allí estaban, en efecto, Isidoro Ruipérez, Marcelino Díez, Basilio y David Tolín, Justino Pastor, Pedro Sanz, Julio Fernández y Jesús Masa, ocho de los 27 vecinos que José Ignacio buscaba. Los habían asesinado el 7 de septiembre de 1936. El más joven tenía 19 años y el mayor, 55. Estaban cubiertos de cal. La fosa tenía 4,5 metros de largo y 80 centímetros de ancho. Estaban enterrados a menos de un metro del suelo, arenoso, fácil de cavar, que los asesinos habían elegido para arrojar a las víctimas.
"Ver a ocho personas tiradas unas encima de las otras y ver a sus familiares tan emocionados fue un impacto tremendo para mí. Esa mezcla de resignación, porque nunca les oí una palabra de odio o de venganza, y de alivio por recuperar al fin a los suyos....", explica Marín. "Desde entonces, ayudo en lo que puedo en las exhumaciones. He estado en diez. Al principio preparaba un poco la tierra antes de que vinieran los arqueólogos. Ahora me han enseñado a limpiar los huesos con brocha y pincel y ya recupero esqueletos. Cuando tengo un cráneo agujereado por una bala entre las manos siento una tristeza inmensa. Pienso en lo mal que lo debió pasar esa persona antes de morir, en lo que sufrió su familia, en el sinsentido de encontrarte algo así en una zona donde no hubo guerra, en la crueldad. Perlo luego cuando Paco descubre en los huesos alguna patología y le dice a un familiar, creo que esta es la persona que buscas, se te hace un nudo en la garganta. Yo creo que he llorado más en estos años de exhumaciones que en toda mi vida", cuenta emocionándose de nuevo.
Uno de esos 27 vecinos que busca es su abuelo, Julián Cantera. "Era agricultor y concejal del Ayuntamiento por el Frente Popular. Era muy religioso. Los falangistas le fueron a buscar a casa de noche el 12 de agosto de 1936. Lo subieron a un camión con otros seis y lo mataron a unos 10 o 12 kilómetros. Tenía 46 años, una mujer y cinco hijos, el mayor de 14 y el más pequeño de seis. Mi abuela, como todas las mujeres que se quedaron viudas en este pueblo, salió adelante como pudo: salía a arar con ganados, después se iba a segar a mano, luego a recoger la siembra... Los niños pasaron a ser adultos ese día. Se acabó la escuela. Tuvieron que empezar a trabajar en el campo".
Las viudas, las madres y los hijos de los asesinados tendrían que aguantar mucho más que el dolor de no volver a ver a sus maridos, a sus hijos, a sus padres. Después de los fusilamientos, insiste José Ignacio, vino el miedo, ese miedo terrible a hablar del que faltaba, y el desprecio, los insultos de los que simpatizaban con los asesinos o incluso creían que se habían quedado cortos: "Iban por la calle y aún tenían que oír, 'mira ahí van esos hijos de rojos. No tenían que haber dejado a ninguno".
José Ignacio es una excepción. La mayoría de los alcaldes no sienten esa obligación de sacar de las cunetas a sus vecinos. "Algunos del PP me han dicho que no debería remover". Para él tan importante que sus vecinos tengan un buen centro cultural, una buena asistencia sanitaria, un buen colegio, como una lápida con su nombre en el cementerio. Le preocupa que el Gobierno de Mariano Rajoy fulmine la ley de memoria histórica. "Se quedó un poco corta, pero era una herramienta que nos estaba sirviendo para recuperar los restos de asesinados y la historia. Hay mucha gente esperando. Mucha gente muy mayor, como mi madre, que tiene 85 años y antes de morirse quiere que su padre esté enterrado dignamente. Y no es tanto dinero. Las partidas económicas no son importantes".
Hay necesidades de sus vecinos, sin embargo, que sabe que no puede satisfacer. Él no puede reescribir la palabra víctima donde ahora dice asesino. Un juez sí."Estas personas fueron declaradas asesinos, tratadas como criminales, por pertenecer a un sindicato o a un partido de izquierdas. Garzón intentó hacerles justicia, devolverles la dignidad. Lo que le ha pasado es una injusticia".
Mientras tanto, José Ignacio sigue buscando. Ha recuperado ya a ocho vecinos en Olmedillo de Roa y a otros tres en Carcavilla. Le faltan 15, entre ellos, su abuelo. Espera poder encontrarles pronto y repetir el emocionante homenaje que les hicieron en 2003, uno de los primeros actos institucionales de apoyo a las víctimas de la represión. "Ahí aún no habíamos encontrado a mi abuelo, pero se sentía el alivio de muchas familias. Se habían quitado un enorme peso de encima".

domingo, 11 de marzo de 2012

Aremehisa inicia la tercera fase de exhumaciones de fusilados

Lo hará con personal voluntario y con los recursos de la propia asociación. Aún quedan por desenterrar las de caridad situadasen la zona este
JOSE SIERRA 11/03/2012
Ya ha comenzado la tercera fase de las exhumaciones que la asociación de memoria histórica Aremehisa está desarrollando en el cementerio de Aguilar de la Frontera. En esta ocasión solo se plantean extraer los cuerpos de las dos fosas existentes en la zona suroeste del cementerio, las únicas de las que existe alguna constancia documental en el libro de enterramientos, aunque denominados como "desconocidos". Se trata de represaliados que no fueron ejecutados en el propio cementerio, como los exhumados hasta ahora, sino que murieron en el pueblo durante los primeros días del alzamiento (julio de 1936) tras un tiroteo con la Guardia Civil. Una de las fosas es de propiedad municipal y la otra se encuentra en la misma situación que la intervenida en la pasada campaña: sobre los cuerpos de los represaliados se ha construido un panteón familiar en el terreno puesto a la venta por el Ayuntamiento en 1998. Mientras se interviene en la primera fosa se están recabando el permiso municipal y el de los propietarios del panteón que, tras ser informados, no han mostrado ningún impedimento. Esta circunstancia obliga a realizar una permuta administrativa de la propiedad y a trasladar las personas ya inhumadas en el panteón.
Salvo sorpresa, solo se espera encontrar un cuerpo en la primera de las fosas y entre cinco y seis en la segunda, salvo que se utilizara, como ha ocurrido ya en otras ocasiones, para ocultar los cuerpos de otros represaliados. Durante esta campaña solo se trabajará durante los fines de semana debido a la situación laboral de los técnicos. Los trabajos de exhumación serán desarrollados por voluntarios y con los recursos propios de la asociación, tal como ocurrió con la campaña del 2011.

sábado, 10 de marzo de 2012

Autorizada la exhumación de dos fosas en Lantz y Olave

El Gobierno de Navarra da luz verde a la petición realizada por la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra que pretende localizar y recuperar los restos de estas víctimas del franquismo
Exhumación en 2005 de los restos de los fusilados de Murchante aparecidos en Fustiñana. Exhumación en 2005 de los restos de los fusilados de Murchante aparecidos en Fustiñana El vicepresidente primero y Consejero de Presidencia, Administraciones Públicas e Interior, Roberto Jiménez Alli, ha autorizado mediante una Orden Foral la exhumación de dos enterramientos colectivos correspondientes a personas asesinadas en 1936 en las localidades de Lantz y Olave.

Con esta decisión, el Gobierno de Navarra da luz verde a la petición realizada por la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra que pretende localizar y recuperar los restos de estas víctimas del franquismo, conforme con las disposiciones establecidas en el Protocolo de Exhumaciones de la Comunidad Foral.

La autorización cuenta, además, con los informes favorables tanto de Príncipe de Viana para la intervención arqueológica como del comité técnico de coordinación.

Como se recordará, el Gobierno de Navarra aprobó recientemente un protocolo de exhumaciones con el fin de dotar de todas las garantías posibles a los procesos de este tipo que se desarrollen en la Comunidad Foral. De este modo ya no podrán realizarse en Navarra exhumaciones sin control. Dicho protocolo regula todas las fases de las exhumaciones (investigaciones preliminares, excavaciones, investigaciones forenses y destino final de los restos) y otorga al Departamento de Presidencia, Administraciones Públicas e Interior la función de seguimiento y control de las actuaciones.

MAPA DE FOSAS

La Ley 52/2007, conocida como Ley de la memoria histórica, insta a las administraciones públicas a elaborar y poner a disposición de los interesados un mapa de fosas en el que consten los terrenos en los que se localizan los restos de las víctimas asesinadas.

Con este fin el Gobierno de Navarra encargó recientemente a Tracasa los trabajos de creación y publicación del mapa de fosas de Navarra, que estará finalizado en mayo y que recopilará toda la información existente sobre fosas comunes en nuestra comunidad.

Asimismo, el catálogo de Servicios de la página web del Gobierno de Navarra ofrece a la ciudadanía la posibilidad de enviar datos que puedan aportar alguna información o investigación sobre estas víctimas.

Próximamente el Departamento de Presidencia, Administraciones Públicas aprobará una convocatoria de subvenciones para finalizar las actividades de exhumación que podrán solicitar los familiares de fusilados por el franquismo.